por Tina Gardella para el Diario del Juicio Buenos días señora, cuéntele al tribunal todo lo que recuerde de lo que sucedió con su hijo el 16 de noviembre de 1977 – dice el fiscal. Y la Sra. Faride comienza su relato. Un relato relatado, un relato que aún sabido o esperado, no deja de estremecer. En su relato no están únicamente los hechos que denuncian el atroz silencio y las complicidades del ocultamiento del secuestro de su hijo, las penurias y derroteros por la Jefatura y la Brigada, su infinito dolor ante la frase “se hubiera ocupado antes de su hijo”, dicha por el sacerdote de su parroquia. En su relato cobran vida también las solidaridades que el terror pudo amenguar, pero nunca desaparecer.